No sé si llegará el día
en que no habremos sido nada
y caminemos solos
como perros tristes que lamen la acera.
Tú, lo habrás sido todo
para alguien que se muere despacio
en cada golpe de teclado,
en cada verso sin rima.
Sí,
habrás sido el mundo
en cada una de mis ciudades
vespertinas,
en las que desperté
y tú despertaste.
Ciudades
repletas de gentes
vagabundas de sí mismas...
En cada llanto
en cada risa
lo habrás sido todo.
Si llegara el día
de no encontrar tu mano bajo las sábanas,
prometo;
continuar muriéndome despacio,
queriéndote como en los mejores días,
recordando nuestro tiempo
como en una banda sonora.
©Yolanda Gutiérrez Martos 2010