He dejado para luego tantas cosas,
-la Vida, a resumidas cuentas-
sin rebelarme, ni alzar una palabra
más que otra.
Lo creí mi destino,
convencida de que las oportunidades
caerían como la lluvia
Pero me faltan abriles en la memoria
y ahora también, en el calendario.
Cada nuevo día me perfumo
con el trágico aroma de lo perdido.
Y es que hubo una vez un tiempo
en que hubiese engendrado una vida nueva
de piel recién nacida
y manos pequeñas.
No imaginé que los años
pasarían con sigilo entre mis dedos.
Dejé para luego tantas cosas,
la propia Vida,
a resumidas cuentas.
©Yolanda Gutiérrez Martos 2010