Igual que tú
se transforman
en viento empujando velas
los versos que se ahogan...
Crestas dibujadas con espuma
que el aire orea.
Siempre inexorable,
el tiempo,
se afana en ocultar horizontes.
En las líneas de mis manos
estaba escrito
–dijo una estrella-.
Mala profeta de mis horas.
No busco más destino
entre otras gentes,
no hay ser humano que
construya puentes en el océano.
Hace más de una vida, entendí
que ya no queda nada
ni nadie
Igual que tú.
©Yolanda Gutiérrez Martos 2010