En esta calma repentina
no quiero cerrar los ojos,
ni que el sueño de la noche
me aleje de ti.
La soledad de la vigilia
es sobrecogedora,
bella y plácida -dicen algunos-
pero a mí
me consterna, sin matices,
y me sumerge
en un oscuro lugar
donde no hay ventanas.
No quiero cerrar los ojos,
pero el cansancio los vencerá
en la madrugada.
Sólo déjame tu mano abierta
para que me amarre
cerca de la dársena de este puerto
sin luz.
©Yolanda Gutiérrez Martos 2010
3 comentarios:
Muchos otros solo somos libres en sueños y cada mañana al despertar vivimos un eclipse de soledad.
Sigue haciéndonos soñar... (también en el 2011)
PD: Feliz cumpleaños
A.
Yolanda, tus palabras son magníficas. Por aquí me tendrás muchas veces. Ah, ha sido un placer conocerte personalmente,
Un abrazo.
Celebro haber encontrado tu espacio, tus versos y sentires.
Un abrazo.
Publicar un comentario